Elegimos La Bal de Chistau, tranquilo valle, nada comparable al ajetreo de Benasque u Ordesa, la cima escogida el Gran Bachimala o Schrader, tres-mil sencillo para todo el mundo, menos para nosotros ya que la cresta final nos causó bastante impresión.
Llegamos al pirineo desde Sagunto sin tener muy claro donde dormir, refugio de Biadós, de tienda en el camping Forcallo o en el camping de Saravillo. Finalmente ninguna de estas opciones, ya que dormimos en una habitación de las que disponen en el camping Forcallo.
José, artista que trabaja la madera de boj, que regenta el camping nos atendió amablemente y fue el que nos ofreció las habitaciones.
Bueno a lo que vamos, nos levantamos temprano para comenzar la ruta sobre las 6:30 (no hay que pasarse tampoco) y a las 7 comenzamos a caminar siguiendo las marcas de GR que nos llevan hacia el refugio de Biadós. Abandonamos el GR-11 por un sendero que se inicia en la parte trasera del refugio y hacia el refugio de Tabernés y Pico Bachimala.
Una fuerte pendiente nos saluda y nos hace despertar del todo al atravesar este empinado pinar.
Finalizado el bosque llegamos a uno prado herboso, donde un poste de dirección nos señala el desvío hacia Tavernes, nosotros lo obviamos y continuamos sin prisa pero sin pausa hacia nuestro objetivo.
Pasamos junto a la cabana del Sarrau, estamos en la Pleta de las Vacas, encadenamos varias lomas hasta llegar al barranco de Bachimala, cuya finalización es el cuello de la Señal de Biadós a 2538m.
Hacemos un alto para recuperar fuerzas y proseguir hacia la cima. Desde el collado los montañeros más aguerridos, crestean por el el pico Punta de Sabre para llegar al Bachimala, nosotros pequeños mortales buscaremos la gloria, siguiendo la ruta fácil.
Reiniciado el camino por el sendero evidente y marcado con hitos, encontramos un desvío al entrar en una zona de roca descompuesta, en el pequeño circo que se forma a los pies del Pico, nosotros seguiremos el de la derecha, ya que posteriormente la senda se complica y la senda que va por la derecha sube más rápido y da menos vuelta pero tiene una zona muy empinada con piedra suelta y con difícil progresión.
Salvado este paso, entramos en una loma descompuesta, una fuerte pendiente nos acompaña hasta la cresta final. Aunque bastante aérea para mí, es el único obstáculo que nos queda, por lo que nos armamos de valor y en 15min más alcanzamos la cima. Estamos a 3177m disfrutando de un día espectacular, ni una sola nube y completamente solos en la cima. Las vistas sobre el Posets, Aneto, Perdido, Vignemale, Astazous y muchos más espectaculares.
A nuestros pies los Ibones del Bachimala con pequeños neveros, donde un grupo de Rebecos corretean en medio de este paisaje lunar.
Descansamos y comemos algo para afrontar el largo regreso.
El barranco de Bachimala en dirección al rio Zinqueta es muy buena opción para la vuelta, pero como estuvimos anteayer por ahí, regresamos por donde hemos subido.
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